La salud mental no es una elección: una mirada necesaria
Rompiendo mitos: la salud mental no depende solo de la voluntad
A menudo escuchamos frases como «si quieres, puedes» o «todo está en tu cabeza». Estas ideas pueden ser peligrosas cuando se aplican a problemas de salud mental. Nadie elige sufrir ansiedad, depresión o cualquier otro trastorno psicológico. Considerarlas como una simple cuestión de actitud minimiza su impacto y dificulta que quienes las padecen busquen ayuda.
Factores que influyen en la salud mental
La realidad es que nuestro bienestar psicológico está influenciado por múltiples factores:
- Genética: Algunas personas tienen una mayor predisposición biológica a desarrollar trastornos mentales.
- Ambiente: La pobreza, el estrés laboral, el aislamiento social y la violencia son determinantes clave.
- Acceso a la atención médica: No todas las personas tienen las mismas oportunidades de recibir tratamiento adecuado.
- Educación emocional: Aprender a gestionar las emociones desde la infancia puede marcar la diferencia.
Más empatía, menos estigmas
Decirle a alguien con depresión que “salga y se divierta” es como decirle a alguien con una pierna rota que corra un maratón. Necesitamos comprender que la solución no se basa solo en la fuerza de voluntad, sino en el acceso a recursos adecuados y en una sociedad que respalde la salud mental como una prioridad.
El papel de la sociedad y las instituciones
No podemos dejar en manos individuales una responsabilidad que es también colectiva. Las instituciones deben:
- Garantizar una atención psicológica accesible y de calidad.
- Combatir el estigma en torno a la salud mental con programas educativos.
- Promover entornos laborales y sociales que prioricen el bienestar emocional.
Un llamado a la acción
Es momento de dejar atrás los prejuicios y asumir que la salud mental es tan importante como la física. Entender que no se trata de voluntad, sino de condiciones de vida y acceso a servicios, nos permitirá construir una sociedad más justa y empática.